Una gigantesca nube de humo, fuego y cenizas cubría el sur de California, donde medio millón de personas huyeron de sus hogares en la mayor evacuación causada por un desastre natural en Estados Unidos desde el huracán Katrina. El presidente Bush declaró el estado de emergencia en siete condados y el gobernador Arnold Schwarzenegger ordenó movilizar 1.500 soldados de la Guardia Nacional para ayudar a los más de 6.000 bomberos que luchaban contra las llamas, propulsadas por el viento en 16 grandes focos y en una franja de más de 500 kilómetros. Más de 1.300 casas habían sido destruidas y ardido más de 100.000 hectáreas. Y aun no se ha visto nada.
miércoles, octubre 24, 2007
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