jueves, agosto 21, 2008

LA PROVINCIA - ESPAÑA


La muerte viaja en avión. Unas 153 personas perdieron la vida ayer en el accidente ocurrido en el aeropuerto madrileño de Barajas (España), el peor siniestro aéreo sufrido en suelo europeo en la última década. Entre los muertos hay 5 niños y 2 bebés. De los 172 ocupantes (162 pasajeros y 10 tripulantes) del MD-82 de Spanair, sólo 20 pudieron ser rescatados con vida. Uno de ellos murió después. Otras 6 personas se encontraban en estado crítico. El vuelo tenía previsto su despegue a las 13.05. Sin embargo el piloto detectó alguna anomalía en el indicador de formación de hielo en las alas y el motor al iniciar el rodaje y lo trasladó al párking con el pasaje a bordo. Comunicó a los pasajeros que no podía despegar y llegó a pedir disculpas por el retraso. Los técnicos de mantenimiento revisaron el motor. Al no descubrirse ningún fallo el aparato volvió a pista. El visto bueno fue firmado por el técnico de mantenimiento, el jefe de mantenimiento de guardia y el comandante del avión, Antonio Luna. La aeronave regresó a la pista 36 de la T4 sobre las 14.10. Inició la carrera de despegue y al elevarse explotó el motor izquierdo (número 2). Eran las 14.21, giró hacia el lado derecho, se inclinó y estrelló contra el terreno. Tras el impacto, rodó más de 500 metros y se produjo un gran incendio, que fue consumiendo el fuselaje. Cayó en una vaguada a 300 metros del final de la pista. Los restos quedaron esparcidos en un radio de 150 metros cuadrados, en una zona donde, justo en el centro, hay un arroyo.

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